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Mostrando entradas de octubre, 2014

Distracción Etílica...

You never call me when you're sober,  you only want it 'cause it's over...  Nuevamente me recibe con los ojos inyectados de rojo sangre, sulfurados ante la sonrisa inherente que solo yo, soy capaz de darle sabiendo que ese es él. Y de un segundo a otro, redimido como siempre, me da su versión del más menospreciado de los hombres ante mi  mirada inocentemente expectante, sé bien lo que ocurrirá pero me regalo el beneficio de la duda aunque que no tengo nada a mi favor. Me sonríe y el sentimiento le traiciona, hay paz en su mirada, alegría de verme esperando por él. Enmudece y se sonroja, me pregunta con un nudo en la garganta: " ¿qué haría yo sin usted? ", una a una cuenta las hazañas y desventuras del día esperando ver la piedad en mis ojos... pero en ellos solo hay amor. Mi mano se vuelve inquieta deseando tomar la suya con todas mis fuerzas, mi corazón palpita a toda velocidad, no logro formular palabra pero en mi silencio se dice bastante. Su olor me des

Silencio

"Es casi un suicidio esta locura de querernos a escondidas...-" -Canela Siete de la noche menos un cuarto, sentados uno junto al otro viendo la luz de la habitación continua reflejada sobre el cristal sucio que contaba ya varias lunas sin chocar contra su piel, ni arrullaba sus besos feroces, ni media el largo de su cabellera, ni era el mirador de los curiosos... Hace mucho que el cristal continuo solo lograba estar sucio y atrapar la luz. El calor corporal aumentaba incuestionablemente sin poder siquiera tener la astucia de un toque sin razón, sin tener el permiso de tocarse más allá que con sus ojos... Frialdad al tacto mientras el corazón estallaba en erupciones sin limites.Una charla sobre lo mismo, con un trasfondo de honestidad... Es lo único que queda cuando ya no hay nada. Risas, sonrisas, canciones... ¿acaso cabria la posibilidad de ser atrevidos una vez más? de estrellar sus cuerpos ilusos a la esquina de siempre, mientras la boca no es suficiente para decirse

Quiero escribir un libro

Me dieron ganas de escribir un libro pero no quiero que sea un libro cualquiera, ni tampoco de esos de los que hay bastantes, de los que es fácil aburrirse, de los que es fácil llamar "lectura barata" aunque no sé por qué si siempre que leo, independientemente de que sea siempre aprendo algo que no hubiese aprendido en ningún otro lado y eso es suficiente para mi. Me dieron ganas de escribir un libro, un libro de esos que no traiga inmersa la fastidiosa y común historia de amor, quiero un libro en donde el protagonista sea un infiel, en donde a pesar de ser un idiota también se le pueda querer por el imperfecto ser que es. Y es que en mi mente ya existe él y baila desnudo moviendo sus carnes, guiñándome un ojo, llamándome suya, hablándome en un tono tan lascivo como cobarde. Me dieron ganas de escribir un libro, un libro que hable sobre hombres sin escrúpulos sobre mujeres domadas pero de esos ya hay bastantes así que re formulé... ¿si mi libro entonces hablará de los hom

Epilogo I - Inconcluso

♫ ♫ Oh I built a world around you...  Oh you had me in a dream, I lived in every word you said t he stars had aligned  I thought that I found you a nd I don't wanna love somebody else. ♪♪  Sonaba y resonaba la estrofa en su móvil negro recién comprado, colocado a un lado de su mano izquierda mientras ella escribía y escribía en su ordenador. Era la ultima carta de su libro, lo sabia y no era fácil para una chica de ojos marrones sostener la mirada directa sobre el futuro, sin anhelar un poco el pasado amoldado hoja tras hoja de ese prontuario. No era fácil escribir las ultimas lineas de una historia, darle un punto final, plasmarle un deseo a futuro sin que se pueda volver a escribir de él, desearle lo mejor y desprender tu corazón sin un inimaginable dolor... Escribir un epilogo debería ser considerado un atropello. Pero más que dolor y/o tristeza era un sacrificio formidable poder cerrar ese libro, tocar una ultima vez hoja por hoja, llorar y ver correr la tinta, reescribir

Lo que nadie me dijo...

Cuando eres un niño o niña de apenas 4 ó 5 años, que sé yo, la imaginación vuela y te imaginas siendo el astronauta que llega a Plutón (aunque en ese momento ni siquiera sabes como se llama, sólo ves el planeta chiquito y sabes que quieres estar ahí). Te vistes de medico y vas diagnosticando enfermedades con nombres extraordinarios, las curas con besos y abrazos, recetas uno que otro caramelo, pides como recompensa un nuevo estetoscopio (aunque tampoco sabes como se llame, solo quieres ser un prominente doctor) y pasas de paciente en paciente dentro de tu propia casa. Ojalá alguien me hubiera dicho que es difícil crecer. Ahora que tengo veinte y tantos (los suficientes para esconderlos con un "y tantos") veo la inocente niña que corría tras su papá pidiendo un cuento, jugando al caballito y quisiera volver porque la lista enumerada de cosas que nadie me dijo, me comienza a molestar lo suficiente como para pensar en volver atrás. Para comenzar nadie me dijo que la escuel