Maktub

Sentí el aroma de su piel aun y cuando todavía faltaban kilómetros para estar a su lado , esos kilómetros que marcaban la diferencia entre amarnos o no. Sabía que el viento estaba de su lado y que emanaba una suave brisa para darme la seguridad de que todo estaría bien. Al llegar lo vi; viril, imponente, con la mirada llena y su sonrisa que siempre me presagiaba felicidad. Se acerco a mí, respiro mi aire, sello mis labios robándome todo mi oxigeno, tomo mi mano y rozo sus labios en ella, llego hasta mis irritados oídos y como bálsamo fue su fascinante voz al decir “al fin llegaste”. No puedo plasmar en letras el temblor que sintió mi cuerpo en ese momento, al verlo parado frente a mí, con esa mirada que decía más que mil palabras y que aun así yo no podía descifrar. Camine tomada de su mano por las calles de la ciudad, esa ciudad que me daba la bienvenida más feliz de todas. Como quisiera que los sueños se hicieran realidad, como quisiera que la vida fuera así. Como quisiera volver a v