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Mostrando entradas de agosto, 2013

Y EL CIELO, CONMIGO LLORÓ.

Luego de una larga espera en la banca de un parque, me atreví   a mirar más lejos y en la dirección que mi nariz apuntaba; me sentía desconcertada, anonadada, admirada y preocupada ¿sería posible que la vida, realmente cambiara de un momento a otro? ¿Sería posible que el futuro podía dejar de vislumbrarse tan hermoso como en los sueños de cualquiera aferrado a esta vida? No había más que preguntar, mis ojos ya no querían llorar, era tarde y nada podía hacer ya.   La vida me estaba cobrando lo que aún no había podido disfrutar.  Y quedándome tan poco por luchar comencé a observar aquellas cosas que antes y si no fuera por esto jamás habría podido captar. Mire al cielo y me percate que las nubes forma podían tener, imagine que hasta en algodón de azúcar las podía transformar, esto me hizo sollozar. Vi más lejos y encontré el llanto de un niño, socorrido por su madre. Entendiendo ese lenguaje mudo que no se explica más que con miradas y lágrimas fugaces, deseosas de atenc

Justo A Tiempo...

Hace mucho tiempo que quiero contar esta historia, su historia que me parece interesante, creible, extraña pero real y es que las mujeres somos novelas, ficcion, belleza, arte y muchas tantas cosas en nuestro andar. Su vida es comun pero tiene algo que motiva a enender que la vida es mas que pasado y cicatrices en el alma. Ella no se veia en el espejo asi alegre, calmada, enamorada... Hace mucho que ella no se reconocia digna de un amor hasta que lo conocio y cambio sus dias, su tiempo, su historia, su ritmo y todo como diria una poesia de ese que llaman Arjona. Resulta que se levanto una mañana y no eran mas de las seis, se vio en el espejo las huellas del tiempo marcado en sus ojos... se recordo a si misma cada una de sus promesas viendo sus cicatrices; se convencio una vez mas que eran mas daños que años pero seguia ahi, de pie y dispuesta a luchar. Como cada día escogio sus atavios como si por algun azar del destino algo bueno por fin fuera a pasar, perfumo su cuerpo, se peino

Una Sonata

La noche comenzó su habitual llanto, llanto que marcaba mi rumbo hacia mi solitaria  habitación... Habitación en donde cada esquina contaba una historia sin igual sobre  mi vida; vida que no había sido la mejor pero tampoco la peor a ciencia cierta, porque si de certeza se trataba la tenia sabiendo que nada en este mundo era eterno ni la felicidad, ni la tristeza que me embargaba... esa historia que una y otra vez se contaba. Mi historia, la historia de mi vida se lograba traducir en un viene y va; no eran mas que dos pasos adelante y diez de regreso hacia atrás. Yo podía traducirme como un sube y  baja emocional, una ruleta rusa en la que cualquier cosa podría pasar. Azules eran los días en que volaba por los cielos y grises aquellos en que arrastraba los pies directo a escribir mi tragicomedia como hoy. Era una bohemia sin vocación, todo lo que sabia lo había aprendido de un lado o de otro sin tener nada nato en mi... Un talento diferente, algo  que me hici