Sólo tenia 16 años cuando conocí a mi primer amor. Puedo decir sin temor a equivocarme que lo reconocí desde el primer día, ese noviembre en el que el destino quiso que nuestras miradas se cruzaran, han pasado algunos años y aun se me sonrojan las mejillas al recordar. Hyundai azul, dos puertas, Niche de fondo, un pino colgando del retrovisor, cuadernos en el asiento trasero, en pocas palabras la calabaza hecha carruaje para mi príncipe, mi príncipe de las pestañas risueñas y el tatuaje de payaso en la pierna, el que mostraba con orgullo la replica del anillo de bodas de sus padres, ese niño en el cuerpo de un hombre de 24 años, ese del que me enamoré cuando aun colgaban ganchitos de colores de mi infantil cabellera, ese que me enseñó lo que es ser amada, protegida y mimada, ese era mi primer amor. Soy la única que sabe la historia completa y no doy mas detalle, porque ese era un best seller para dos, una historia de esas que se recuerdas con una taza de té, viendo el atardecer en
A un millón de años luz de casa... Intensa, lúcida, lúdica e irreverente. Locutora de radio, comunicadora social por placer, fotógrafa de cumpleaños y por emergencia, runner y lectora compulsiva.