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Mostrando entradas de febrero, 2015

Recordando...

Sólo tenia 16 años cuando conocí a mi primer amor. Puedo decir sin temor a equivocarme que lo reconocí desde el primer día, ese noviembre en el que el destino quiso que nuestras miradas se cruzaran, han pasado algunos años y aun se me sonrojan las mejillas al recordar. Hyundai azul, dos puertas, Niche de fondo, un pino colgando del retrovisor, cuadernos en el asiento trasero, en pocas palabras la calabaza hecha carruaje para mi príncipe, mi príncipe de las pestañas risueñas y el tatuaje de payaso en la pierna, el que mostraba con orgullo la replica del anillo de bodas de sus padres, ese niño en el cuerpo de un hombre de 24 años, ese del que me enamoré cuando aun colgaban ganchitos de colores de mi infantil cabellera, ese que me enseñó lo que es ser amada, protegida y mimada, ese era mi primer amor. Soy la única que sabe la historia completa y no doy mas detalle, porque ese era un best seller para dos, una historia de esas que se recuerdas con una taza de té, viendo el atardecer en

He visto de todo en esta vida y... a ti.

Si pienso en todos los seres que he conocido en mi corta vida, creo que nunca nadie me ha sorprendido tanto hasta hoy y aunque no niego que es lindo encontrar alguien que no sea del mismo molde que el resto del mundo, es muy difícil a veces, tratar de encajar. He visto a demasiada gente bondadosa pero me he prendado de tu bondad, de esa que veo en tus ojos cuando surge algo de repente y el mundo necesita un super héroe; que así sin capa o poderes especiales este dispuesto a dar lo que puede (y a veces más), quizás con cosas sencillas pero que por lo menos cambien el mundo una persona a la vez, me gusta eso de ti. He escuchado todo tipo de risas, locas, graciosas, fingidas, descontroladas, exageras, hermosas... Y la tuya es el canto de las sirenas en mi tímpano, esa mezcla entre pena y orgullo, entre picardía y honestidad, esa risa que solo puede venir de ti. He comido de todo y en muchos lugares... Y he comido de ti. Hablé con mucha (y quizás, hasta demasiada) gente, pero me ha

Querido Amor de Mi Vida:

Si eres como te imagino, en estos momentos estas tumbado en tu cama leyendo para variar o estas tomando tu décima taza de café, distrayendo la mente del estrés diario, o bien estas analizando la perspectiva ajena, o tal vez te estas riendo de mi escritura poco convencional; quizás de todas las probabilidades de en dónde estas, con quién, haciendo qué o cuándo me leas, de lo único que estoy segura es que me lees. No me importa resaltar cuantos sean tus años, tu peso, tu altura o tu color eso es circunstancial en comparación a las razones por las que voy a enamorarme de ti. Y es que lo principal, la primera razón por la que sé que eres tú y no, nadie más, es que aunque amas mi libertad y la tuya, no concebirás un día sin ver mis ojos así como yo necesitaré de los tuyos para encontrarme y saber que pertenezco ahí. Me encanta que menees tu cabeza al ritmo de un buen rock como que un día me acompañaras a expensas de que llore cada vez que escuché a Tchaikovsky, que no importa cuantas ve