“En el silencio de la noche y la soledad de sus días el la encontró, con el cabello desaliñado pero con su cuerpo cubierto de galas similares a las de una princesa. El rostro de ella contaba con una sonrisa mágica que era capaz de volver loco de amor al hombre que la viera pero con una mirada triste muy triste… Hacia tanto que el no la veía, hacia tanto que parecía jamás haberla visto. Ella como siempre haciendo uso de su coquetería desafió la voluntad de aquel hombre que había significado tanto, de aquel hombre que aun significaba. Las palabras sobraron, el tiempo falto; solo sus miradas y la coqueta sonrisa que a el volvía loco basto.” Es casi indignante para mí haberlos conocido ya que no pude ayudarlos a que fueran felices, y hoy casi 2 años después el remordimiento me hace pensar en los momentos que perdemos, en las oportunidades para ser felices que dejamos ir. En nuestra conciencia humana nos cuesta entender que el mañana no siempre es seguro, este par de amigos míos perdieron l
A un millón de años luz de casa... Intensa, lúcida, lúdica e irreverente. Locutora de radio, comunicadora social por placer, fotógrafa de cumpleaños y por emergencia, runner y lectora compulsiva.