Hoy quiero escribir desde el fondo del alma, sabiendo que soy una obstinada, irreverente, hija de la melancolía que aprendió en la calle... pero que aprendió a amar la vida (aunque yo jure que no). Resulta que son solo pequeños momentos en los que este milagro que tengo por vida se vuelve oscura y tortuosa, pero debo de admitir que no se me ha negado mucho, aunque la maldiga a veces me ha premiado la descarada. Crecí medio sola, deambule por la vida como un cachorro de esos que nadie quiere pero lleve la frente en alto porque quería hacerme a mi misma y muchas de las decisiones que he tomado se basan en eso; no estoy aquí para repetir historias, para ser como fueron mis papás y no porque no se lo merezcan si no porque desde pequeña quise ser yo (eso me enseño mi Viejo, que al menos sus gustos heredó). He ido por el camino de peregrina y me ha encantado porque cuando menos lo pensaba, entendí lo que soy. Me gusta hablar mucho y ahí encontré mi profesión, fue ahí donde supe qu
A un millón de años luz de casa... Intensa, lúcida, lúdica e irreverente. Locutora de radio, comunicadora social por placer, fotógrafa de cumpleaños y por emergencia, runner y lectora compulsiva.