Jamas antes en mi vida, había sentido tal necesidad por algo, esa necesidad que te quema mientras tu sangre recorre tu cuerpo y órganos vitales, algo así como la necesidad de agua fresca mientras vas a medio Sahara, como cuando el frió te quema los poros del cuerpo, como la necesidad por llorar cuando tienes roto el corazón...
Jamas antes lo había sentido, ya que jamas antes había sido adicta a algo... Esta adicción me quema, me tortura, me presiona la garganta como si yo fuese un vampiro sediento por sangre. Esta adicción es una condena y no se que pecado cometí para deber purgarla... aun no entiendo como el amor puede pasar a ser no correspondido.
Soy una adicta y si hablamos de drogas, hay un espacio entre tus sonrisa y tus ojos que me hacen soñarte, sobre todo cuando estoy despierta, cuando tengo que cruzarme una calle, cuando la vida es incierta, soy una adicta que cierra los ojos porque con de la adicción a tus ojos, no hay salvación.
Soy una adicta al olor tan puro de tu piel, a como se te sonrojan las mejillas cuando alguna de mis cursilerias te ataca por sorpresa; me declaro adicta con nombre, apellido y en voz alta a la soledad de tus manos, me declaro adicta mientras sigo temblando, soñandote, imaginándote, sintiéndote... sin que estés presente.
Soy una adicta que no quiere salvación, ni solución
si no es contigo... soy una adicta que no encuentra forma mas sublime de morir que por una sobredosis de tu amor, solo una vez mas.
Jamas antes lo había sentido, ya que jamas antes había sido adicta a algo... Esta adicción me quema, me tortura, me presiona la garganta como si yo fuese un vampiro sediento por sangre. Esta adicción es una condena y no se que pecado cometí para deber purgarla... aun no entiendo como el amor puede pasar a ser no correspondido.
Soy una adicta y si hablamos de drogas, hay un espacio entre tus sonrisa y tus ojos que me hacen soñarte, sobre todo cuando estoy despierta, cuando tengo que cruzarme una calle, cuando la vida es incierta, soy una adicta que cierra los ojos porque con de la adicción a tus ojos, no hay salvación.
Soy una adicta al olor tan puro de tu piel, a como se te sonrojan las mejillas cuando alguna de mis cursilerias te ataca por sorpresa; me declaro adicta con nombre, apellido y en voz alta a la soledad de tus manos, me declaro adicta mientras sigo temblando, soñandote, imaginándote, sintiéndote... sin que estés presente.
Soy una adicta que no quiere salvación, ni solución
si no es contigo... soy una adicta que no encuentra forma mas sublime de morir que por una sobredosis de tu amor, solo una vez mas.
Comentarios