El tiempo pasa, incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de las manecillas del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasa, pasa.... Incluso para mí.
El tiempo pasa y no se estaciona, me hace crecer, madurar, vivir, volar... me hace reconocer e interrogarme a mi misma sobre lo que mi vida ha sido hasta hoy. He hecho muchas locuras, me he revelado al abandono y a la opresión, he crecido por crecer como dicen; no me falta mucho, teniendo muy poco, lo material no pesa tanto cuando lo piensas bien.
He madurado como lo hacen las frutas aunque no es igual con todos, todo depende de quien me valore. He madurado lo suficiente para saber lo que me hace feliz, he entendido al paso de los años que es una delicia amar una vez y seguir con el recuerdo de vez en mes.
He vivido eso que le llaman vida a cada instante y he conocido alegria y tristeza, abundancia y pobreza, cariño y soledad lo he pasado todo dando traspíes, saltos arrebatados y caidas doloras... pero he sido feliz e infeliz sin discutir, todo eso en mi corta vida he logrado vivir.
He volado alto muy alto, que incluso he creido tocar el cielo a veces. Pero la vida que es como un circo demuestra con creces que todo se trata del cuerto de espejismos en donde creemos pero no es real, porque los píes jamás han de despegarse del piso.
En fin, un años más representa mas responzabilidad, mas madurez, mas empatia, mas dignidad, mas experiencias, mas ganas de luchar por conseguir lo que deseemos... mas de todo un poco.
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