Hacia tanto que mi corazón no latía con tal intensidad, hacia tanto que no me detenía a ver el brillo de este mundo, un mundo que fue diseñado para mí. Hacia tanto que no me sentía tan nerviosa y confesaba mi entusiasmo con solo una sonrisa… hacia tanto que no me quedaba el tiempo de fijarme en alguien que no sabe ni mi nombre, en alguien en quien predomina una actitud de “chico malo” que me mata y saben que, no es por él, es en realidad que al fin tengo vida otra vez.
Hacia tanto que no vivía así, sacrificada, ofuscada, con ansias de llegar a casa, con deseos inmensos de ver a los que ahí habitan. Hacia tanto que no era tan feliz conociendo el mundo, hacia tanto que no conocía personas interesantes a un extremo indefinido. Hacia tanto que no me preocupaba por estudiar para un examen, hacia tanto que pasar más de una hora sentada no era tan satisfactorio…
Hacia tanto de todo que me sorprendo al sentirme así, hacia tanto de la última vez que me vi así que me siento poderosa… hacia tanto, tanto que no quiero que pase esta sensación.
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