30 de mayo del 2005, 8:30 p.m. era increíble ver como tu vida se había extinguido en tan poco tiempo. Con tus ojos que siempre estaban llenos de ilusión más morados que el traje de muchos para semana santa, tus brazos que siempre con calidez abrazaban a cualquiera a la vida más fríos que un témpano y con tu cabeza sin la mitad de tu cráneo…
Es tan difícil hacerlo hasta hoy hermanito, pero el nudo en la garganta no me permitió hacerlo antes. Era tan difícil verte sin vida, sin expresión, sin esas ansias por protegerme del dolor.
Sin embargo así como lo hice siempre, el día que del Hospital San Juan de Dios de Santa Ana anunciaron tu muerte, lo acepte y asumí con tranquilidad pues al seguir tu ejemplo no debía poner en angustia a nuestros hermanos menores.
Lo más difícil fue encontrar a tu asesino en tu funeral, no sabes las ansias de sacarle los ojos, las ansias de hacerlo pagar. De allí en delante hermanito la vida ha sido vacía, dicen por ahí que tienes un pequeño de 5 años sin embargo nunca he podido encontrarlo. Solo tú sabrás hermanito y con la fama de coqueto quien sabe eh.
Sabes te envió esta carta esperado que en el cielo haya oficina de correo, como desearía que me contestaras pues ya van 4 años y 2 meses sin saber mas de ti. También quisiera que si ves a papa seguido le digas que igual lo amo mucho y que siempre los llevo conmigo hermanito.
Para mí siempre serás “Vegas” como mi tía te decía con cariño, ella también te extraña. Carlitos se parece mucho a ti y a veces le dicen Julito. Espero hermanito que haya arriba este todo bien, que tu y mi papa se encuentren cerca de Dios ayudándole en las labores celestiales.
Como te dije antes perdóname por escribirte hasta hoy, pero era muy duro revivir los momentos en que te vi ahí ese 30 de mayo del 2005, 8:30 p.m. sin vida, sin expresión, sin esas ansias por protegerme de este dolor.
Es tan difícil hacerlo hasta hoy hermanito, pero el nudo en la garganta no me permitió hacerlo antes. Era tan difícil verte sin vida, sin expresión, sin esas ansias por protegerme del dolor.
Sin embargo así como lo hice siempre, el día que del Hospital San Juan de Dios de Santa Ana anunciaron tu muerte, lo acepte y asumí con tranquilidad pues al seguir tu ejemplo no debía poner en angustia a nuestros hermanos menores.
Lo más difícil fue encontrar a tu asesino en tu funeral, no sabes las ansias de sacarle los ojos, las ansias de hacerlo pagar. De allí en delante hermanito la vida ha sido vacía, dicen por ahí que tienes un pequeño de 5 años sin embargo nunca he podido encontrarlo. Solo tú sabrás hermanito y con la fama de coqueto quien sabe eh.
Sabes te envió esta carta esperado que en el cielo haya oficina de correo, como desearía que me contestaras pues ya van 4 años y 2 meses sin saber mas de ti. También quisiera que si ves a papa seguido le digas que igual lo amo mucho y que siempre los llevo conmigo hermanito.
Para mí siempre serás “Vegas” como mi tía te decía con cariño, ella también te extraña. Carlitos se parece mucho a ti y a veces le dicen Julito. Espero hermanito que haya arriba este todo bien, que tu y mi papa se encuentren cerca de Dios ayudándole en las labores celestiales.
Como te dije antes perdóname por escribirte hasta hoy, pero era muy duro revivir los momentos en que te vi ahí ese 30 de mayo del 2005, 8:30 p.m. sin vida, sin expresión, sin esas ansias por protegerme de este dolor.
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