Con una taza de café en la mano, dificultosa levante la mirada y ahí estabas tu. Erguido, varonil y con la mirada fría. Ambos sabíamos lo que ibas a decir, mas sin embargo luego del incipiente saludo esperaba sinceramente que las demás palabras se atascaran en tu garganta, por solo un momento más para pensar que responderte yo.
Pero, aun y con todos mis ruegos tus palabras se dejaron venir, como una lluvia en el mes de agosto, todo fue tan torrencial lo que sentías se impregno en mi cuerpo como si la misma lluvia me hubiese mojado y tal como verme en el espejo, tu miedo y nerviosismo se reflejo.
Tu ronca y sensual voz explicaban los motivos y detalles que te habían llevado a tomar tan seria decisión.
En ese momento supe quien eras y tu me viste a mi tal como soy, nuestras mascaras se cayeron y sin nada mas que decir te tocaba esperar la tortuosa respuesta de mis labios y con la taza de café casi vacía, entendí todo…
Entendí, que por la misma fría mirada, por tu sensual y ronca voz, por la desbordante forma en que dices lo que piensas y por la maravillosa manera que tienes de amarme…
No tenia que buscar nada más, tú me habías encontrado a mí y eso ya es ganancia…
Te di la libertad para que decidieras que hacer con tu vida y decidiste quedarte a mi lado creo por ello y mucho mas confirme mi devoción por ti, ahora si mis labios se entre abrieron y te di la respuesta que tanto habías buscado…
Sí…
Pero, aun y con todos mis ruegos tus palabras se dejaron venir, como una lluvia en el mes de agosto, todo fue tan torrencial lo que sentías se impregno en mi cuerpo como si la misma lluvia me hubiese mojado y tal como verme en el espejo, tu miedo y nerviosismo se reflejo.
Tu ronca y sensual voz explicaban los motivos y detalles que te habían llevado a tomar tan seria decisión.
En ese momento supe quien eras y tu me viste a mi tal como soy, nuestras mascaras se cayeron y sin nada mas que decir te tocaba esperar la tortuosa respuesta de mis labios y con la taza de café casi vacía, entendí todo…
Entendí, que por la misma fría mirada, por tu sensual y ronca voz, por la desbordante forma en que dices lo que piensas y por la maravillosa manera que tienes de amarme…
No tenia que buscar nada más, tú me habías encontrado a mí y eso ya es ganancia…
Te di la libertad para que decidieras que hacer con tu vida y decidiste quedarte a mi lado creo por ello y mucho mas confirme mi devoción por ti, ahora si mis labios se entre abrieron y te di la respuesta que tanto habías buscado…
Sí…
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