"Aquí estamos, sabedores de que solo fue tu gracia..."
Ha pasado un año y tengo que disimular el nudo que se hace en mi garganta mientras escribo, he convertido el dolor más grande de mi corazón en letras, solo para darme cuenta que aun no ha sanado, que he disimulado el dolor y la frustración pero que sigue doliendo. La cicatriz sigue sanando y aun no sé como aceptarla, reconozco que es un recordatorio de la vida que se me concedió y toda la vida que se me ha negado también.
Hace un año y luego de varias hemorragias, el doctor me dijo que tenia un tumor del tamaño de una naranja creciendo en mi interior, varios órganos importantes estaban comprometidos y el tumor crecía a pasos agigantados día tras día, se sentía a través de mi piel, se veía, se notaba incluso a través de la ropa, sentada, acostada o de pie, estaba presente.
Mi primera impresión fue devastadora, me imagine muchas veces con un futuro muy diferente al que ahora tengo, pero no quedó mas que resignarme; sin embargo jamas pedí por un milagro para mi y ahora puedo admitirlo, al saber todo lo que no podría hacer jamas solo quería perder esta guerra ante el Dragón, me resigne a esperar; imaginaba así como en la película Avengers millones de finales diferentes al que tenia frente a mis ojos, pero vamos, que no soy ninguna heroína y que a mi si me dolían los pinchones, los exámenes, las biopsias y la condescendencia con la que la gente te ve cuando piensan que te estas muriendo.
Perdí las ganas de vivir en el proceso, ese ha sido mi desierto más aterrador y agradezco a quienes no me dejaron enfrentarlo sola, sabia que tenia brazos a mi alrededor, sabia que había una razón de ser para esto, pero aun a esta fecha no entiendo cuál podrida ser.
La batalla final siempre comienza lastimando a los inocentes, el 27 de octubre tuve la hemorragia más significativa de todas, un día antes del cumpleaños de mi abuelita, la mujer que me ha criado y la que más sufría en silencio conmigo, con ella nunca hubo necesidad de hablar del tema porque me abrazaba y eso era suficiente para consolarme sabiendo que ella lo entendía, me internaron porque creí que me moría al ver tanta sangre sin detenerse, llore desconsoladamente viendo la vida salir de mi cuerpo, llore mientras veía que no había vuelta atrás, lloré.
La solución era indiscutible desde el día uno y aunque aun no puedo asumir todo lo que perdí en la guerra, si voy a decirles que ni siquiera el doctor encargado de mi cirugía estaba conforme, porque salvarme a mi misma fue una de esas decisiones de las que ya no se regresa, en donde pierdes la oportunidad de despertar un lado de tu alma, se lamento el pobre hombre hasta el día que estuve en quirófano mientras me colocaban la anestesia, ese hombre serio y enojado me preguntaba si estaba segura, que él como medico me recomendaba si o si la cirugía, que como hombre me aconsejaba pedirle a Dios por una oportunidad, pero había que hacerlo, simplemente era necesario.
Hace seis meses me operaron y sacaron el tumor más horroroso del mundo, me dijeron que todo estaba más comprometido de lo que se esperaba y que habían tomado decisiones de momento. Mi vida había cambiado y aunque vivía, algo dentro de mi murió para siempre. Han sido seis meses de comprobar que el suero pre y post operatorio engorda (no, no es todo lo que trago), que la gente es displicente después de, que me dejó de importar el aspecto físico, que solo quiero comerme el mundo de un bocado, que estoy albergando recuerdos bellos para contrarrestar las veces que despierto arrepintiéndome de madrugada, de que un dolor de estos te cambia para siempre y que todos los días son perfectos para cuestionarte sobre la vida y tus sueños...
Aun no le he cogido el gusto a sobrevivir y sé que no he engañado al destino por completo, sé que un día la misma situación vendrá por mi, sé que hay una razón para todo lo que me pasó aunque aun no sé cuál y que tarde o temprano volveré a enfrentar al dragón. No sé porque les conté todo esto, quizás me hacia falta contarle a alguien que el dragón puede ser vencido y que si estas pasando por lo mismo, ojala tengas esperanza, que no te preocupes si te quedan cicatrices, si después de la cirugía no puedes adelgazar de nuevo, que no importa que la gente minimice tu dolor porque tú eres más importante que todo lo que te esta pasando y que las decisiones que se toman al calor de la tristeza son validas y que nadie tiene el derecho a juzgarte por ellas.
Comentarios