¡¡Feliz Independencia!! -gritaron los mismos de siempre, los adultos prometedores que aun viven en casa con sus papás y no saben de gastos necesarios más que de la mensualidad del teléfono para la que aun piden la mitad en su hogar.
Salí a la calle este 15 de Septiembre y vi exactamente lo mismo, desde ese añorado 2006 no ha habido mayor diferencia. Las mismas canciones entonadas por jóvenes músicos que ven a su instructor tal cual Mozart y al que se le guarda respeto aunque se haya salido de la institución (pensando claro en las instituciones viejas, las de renombre).
Van las mismas mujeres de siempre bajo sus sombrillas, matando a miradas serias según avanza su paso, las mismas cuarentonas y otras que les siguen, quitando en toallas húmedas el sudor de la frente de las esbeltas (casi siempre) cachiporristas.Y ellas que no se quedan atrás, el mismo moño comprado en Gigis, ajustado con la peineta de piedras que las hace lucir aun más radiantes; llevando gracilmente la batuta que con circulares forma la tan perfecta "S" a su andar marchado mientras la sonrisa y la mirada enamoran al compás del pom pom.
Veo a los mismos jóvenes que año tras año siguen la cultura de moda, algunos con banderas en sus zapatos, banderas de barras y estrellas ¡Que terror! otros luciendo sus ropas de domingo (ya ni siquiera digo "su ropa de iglesia" porque ya hubiera un par de iglesias quemadas si entran así) gritando las mismas tonteras a la bandas rival... Culer... Hijos de pu... y otras tantas entonaciones de los mismos de siempre.
Pero ¿en dónde esta lo diferente?
Resulta que el 2006 fue mi ultimo año de colegio, en el que sentía y vibraba al son de cajas y timbaletas, cuando el paso de camino era la samba y podía imaginar 1000 coreografías mejores que la que tenia enfrente. Cuando aun mis brazos tenían la rapidez para girar y tomar la batuta caída de los cielos con una enorme sonrisa que me hacia sentir un fenómeno de mujer. Celebrando INDEPENDENCIA, como sí eso fuera.
Solo han pasado ocho años desde esos sucesos y mi piel ya no se pone chinita al escuchar "POLITÉCNICO, GLORIA UH", veo las cachiporras y comienzo a criticar el porque no se ven naturales, qué pasó con el orgullo y el deseo de estar ahí, al frente, de cara a toda esa gente, sintiendo que estamos haciendo algo perfecto, sintiéndonos mas nacionalistas mientras más se mueven nuestros hombros y debo admitir que entendí que entonces lo diferente, es que ya no era 2006 y lo que de joven aprendí, de vieja me ha ayudado a comprender que yo no soy independiente.
Lo diferente este 2014 es que mes a mes pago el teléfono, el agua y la luz; los políticos siguen siendo una basura, no tenemos mas medicina que la famosa acetaminofen, las escuelas no tienen techado ni canchas, hay dolor en mi pueblo y las bandas ya no me alegran, me mojé siguiendo el desfile y pensé en toda la gente que no tiene un hogar, pasé por donde venden carne asada y sentí lo que es tener hambre sin dinero para suplir esa necesidad. Este 15 de septiembre vi los niños y niñas e imaginé cuantos papás pidieron prestado para sacarlos a marchar, este 15 de septiembre por fin me he sentido miserable.
Salí a la calle este 15 de Septiembre y vi exactamente lo mismo, desde ese añorado 2006 no ha habido mayor diferencia. Las mismas canciones entonadas por jóvenes músicos que ven a su instructor tal cual Mozart y al que se le guarda respeto aunque se haya salido de la institución (pensando claro en las instituciones viejas, las de renombre).
Van las mismas mujeres de siempre bajo sus sombrillas, matando a miradas serias según avanza su paso, las mismas cuarentonas y otras que les siguen, quitando en toallas húmedas el sudor de la frente de las esbeltas (casi siempre) cachiporristas.Y ellas que no se quedan atrás, el mismo moño comprado en Gigis, ajustado con la peineta de piedras que las hace lucir aun más radiantes; llevando gracilmente la batuta que con circulares forma la tan perfecta "S" a su andar marchado mientras la sonrisa y la mirada enamoran al compás del pom pom.
Veo a los mismos jóvenes que año tras año siguen la cultura de moda, algunos con banderas en sus zapatos, banderas de barras y estrellas ¡Que terror! otros luciendo sus ropas de domingo (ya ni siquiera digo "su ropa de iglesia" porque ya hubiera un par de iglesias quemadas si entran así) gritando las mismas tonteras a la bandas rival... Culer... Hijos de pu... y otras tantas entonaciones de los mismos de siempre.
Pero ¿en dónde esta lo diferente?
Resulta que el 2006 fue mi ultimo año de colegio, en el que sentía y vibraba al son de cajas y timbaletas, cuando el paso de camino era la samba y podía imaginar 1000 coreografías mejores que la que tenia enfrente. Cuando aun mis brazos tenían la rapidez para girar y tomar la batuta caída de los cielos con una enorme sonrisa que me hacia sentir un fenómeno de mujer. Celebrando INDEPENDENCIA, como sí eso fuera.
Solo han pasado ocho años desde esos sucesos y mi piel ya no se pone chinita al escuchar "POLITÉCNICO, GLORIA UH", veo las cachiporras y comienzo a criticar el porque no se ven naturales, qué pasó con el orgullo y el deseo de estar ahí, al frente, de cara a toda esa gente, sintiendo que estamos haciendo algo perfecto, sintiéndonos mas nacionalistas mientras más se mueven nuestros hombros y debo admitir que entendí que entonces lo diferente, es que ya no era 2006 y lo que de joven aprendí, de vieja me ha ayudado a comprender que yo no soy independiente.
Lo diferente este 2014 es que mes a mes pago el teléfono, el agua y la luz; los políticos siguen siendo una basura, no tenemos mas medicina que la famosa acetaminofen, las escuelas no tienen techado ni canchas, hay dolor en mi pueblo y las bandas ya no me alegran, me mojé siguiendo el desfile y pensé en toda la gente que no tiene un hogar, pasé por donde venden carne asada y sentí lo que es tener hambre sin dinero para suplir esa necesidad. Este 15 de septiembre vi los niños y niñas e imaginé cuantos papás pidieron prestado para sacarlos a marchar, este 15 de septiembre por fin me he sentido miserable.
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