Comenzo a crecer un día, sin que nadie se diera cuenta. Él que había sido flaco toda su vida de cierto modo le hacia hasta gracia verle punta su flaco y alto cuerpo, algo así como una duna en un plano desierto.
Él, que siempre ha sido un obstinado nunca quiso reconocer que invitarla a ella, a recorrer su cuerpo, a él le costaría ver perder su vientre plano. La realidad es que siendo joven y guapo una pequeña panza no le hacia mal, hasta mas interesante se veía según pensaba él.
Pasaron los años y una que otra mujer pasaron por su vida, pero ninguna pudo reemplazarla y su panza siguió por amor a ella creciendo... sin dudar. Cuando alguna le falló, siempre la busco a ella. Cuando él se porto mal, aun así siguió buscándola a ella... Cuando el descontento de algunos le molestó, sin dudarlo recurrió de nuevo a ella y su panza aumento.
Es que era imposible no nombrarla a ella, si su panza es culpa de ella, ella que es todas y una a la vez. Esa que lo enamora, que lo deja inconsciente, esa que lo vuelve el más dulce de los hombres, que lo ciega a veces transformandome en un angel para él. Esa que se tiñe de rubia y se viste de verde por él y por otros, infiel y descarada también. Esa es una morena que siendo una no sacia sus deseos, tiene que ir y venir... esa, que se cambia el nombre dependiendo de cuanto en la bolsa tenga el que la quiera tener.
La verdad, hoy que esta conmigo y la compartimos, mi panza va hacia abajo y la de el sigue estática, una duna en un plano desierto, una punta graciosa que no me molesta en lo mas mínimo, me resulta interesante las piruetas que damos para encajar... al dormir. Yo amo su panza, pálida, exagerada, una panza que a veces dice "Si, la tengo es por vos" y aunque quisiera que así fuese, no me molesta que la tenga por ella... Es al fin y al cabo, con la única que le permito que me sea infiel y que la busque más que a mi.
Esa tu panza aunque sea resultado de tanta cerveza, es tu cayito de amor y yo la amo tanto o quizas, una puntita mas de lo que te amo a ti.
Él, que siempre ha sido un obstinado nunca quiso reconocer que invitarla a ella, a recorrer su cuerpo, a él le costaría ver perder su vientre plano. La realidad es que siendo joven y guapo una pequeña panza no le hacia mal, hasta mas interesante se veía según pensaba él.
Pasaron los años y una que otra mujer pasaron por su vida, pero ninguna pudo reemplazarla y su panza siguió por amor a ella creciendo... sin dudar. Cuando alguna le falló, siempre la busco a ella. Cuando él se porto mal, aun así siguió buscándola a ella... Cuando el descontento de algunos le molestó, sin dudarlo recurrió de nuevo a ella y su panza aumento.
Es que era imposible no nombrarla a ella, si su panza es culpa de ella, ella que es todas y una a la vez. Esa que lo enamora, que lo deja inconsciente, esa que lo vuelve el más dulce de los hombres, que lo ciega a veces transformandome en un angel para él. Esa que se tiñe de rubia y se viste de verde por él y por otros, infiel y descarada también. Esa es una morena que siendo una no sacia sus deseos, tiene que ir y venir... esa, que se cambia el nombre dependiendo de cuanto en la bolsa tenga el que la quiera tener.
La verdad, hoy que esta conmigo y la compartimos, mi panza va hacia abajo y la de el sigue estática, una duna en un plano desierto, una punta graciosa que no me molesta en lo mas mínimo, me resulta interesante las piruetas que damos para encajar... al dormir. Yo amo su panza, pálida, exagerada, una panza que a veces dice "Si, la tengo es por vos" y aunque quisiera que así fuese, no me molesta que la tenga por ella... Es al fin y al cabo, con la única que le permito que me sea infiel y que la busque más que a mi.
Esa tu panza aunque sea resultado de tanta cerveza, es tu cayito de amor y yo la amo tanto o quizas, una puntita mas de lo que te amo a ti.
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